Por ROBERTO G. CASTAÑEDA

Había expectativas altas en torno al estreno de Bridgerton, la nueva apuesta de Netflix que se estrenó apenas el 25 de diciembre. Pero los números han superado los presagios más optimistas.

Por ejemplo: La plataforma de streaming ha anunciado que Bridgerton sumó 63 millones de visionados en diciembre. Una cifra altísima, que sienta un precedente. Según ellos, es la más grande de su historia durante ese mes.

Esperen. ¿Dijeron visionados? Bueno, se traduce de la siguiente manera: Significa que al menos alguien vio una serie o película durante dos minutos por lo menos. Así que eso tampoco garantiza que haya sido el estreno más visto, sino al que más se asomaron al menos durante un ratito.

Aún así, el furor ahí está. Y hay más números para el optimismo. Otro ejemplo es que el protagonista masculino de esta serie se ha convertido en uno de los hombres más deseados del momento. Aún es temprano para saber si Regé-Jean Page sólo vive sus cinco minutos de fama, pero de que ha impactado pues ha impactado.

Este actor británico de 31 años tenía alrededor de 70 mil fans en Instagram, pero en cuanto se estrenó Bridgerton el contador enloqueció: de inmediato llegó al millón de seguidores y ahora mismo lleva 1.4 millones. Por supuesto, el físico importa y mucho.

Regé-Jean Page encarna a Simon Basset, el seductor duque de Hastings que vuelve locas a las mujeres de la corte y quien se desviste a la menor provocación. Porque eso es parte del encanto de esta serie: es como un coctel, que mezcla sexo, romance, intrigas, más sexo, vestuarios lujosos, desnudos y así sucesivamente, hasta que va embriagando lentamente.

EXTRA EN HARRY POTTER

Y pensar que Regé-Jean Page era un flacucho jovencito que apareció fugazmente en Harry Potter y las reliquias de la muerte (2010). El histrión británico era extra y se le ve en una escena de la boda entre Fleur Delacour y Bill Weasley, justo detrás de Hermione (Emma Watson). De extra a uno de los hombres que provoca suspiros y despierta pasiones, gracias a Bridgerton.

Y no hay que restarle méritos al buen ojo de la productora Shonda Rimes (Grey’s Anatomy y Scandal), quien apostó por Phoebe Dynevor, de 25 años, para encarnar a Daphne Bridgerton.

Phoebe tiene una belleza diáfana, ideal para el personaje de la hija mayor de la familia Bridgerton. Y en la alta sociedad londinense de finales del siglo XIX, Daphne tiene que lidiar con el competitivo “mercado” matrimonial, sólo que los chismorreos de una tal Lady Whistledown a través de un pasquín deja maltrecha su reputación. Así que allí entra en acción  el conde de Hastings, para hacer un pacto con ella: dejarse cortejar y fingir que son pareja. Sólo amigos, con derechos, pero su “farsa” se les va complicando.

En fin, no contemos más. Sólo añadiremos que Bridgerton es para los que gustan de las películas o series de época, porque es algo así como Orgullo y prejuicio con un toque de Relaciones peligrosas.