Cría cuervos… y que se hagan pamboleros

Con cuatro temporadas a cuestas, la serie Club de Cuervos, protagonizada por Mariana Treviño y Luis Gerardo Méndez, es una de las producciones mexicanas más exitosas en la historia de Netflix

Por ROBERTO G. CASTAÑEDA

Tras su debut taquillero en cine con Nosotros los Nobles, el realizador Gary Alazraki no quiso “irse por la fácil” cuando le propusieron hacer una serie basada en la película. Así que prefirió reinventarse y se lanzó a facturar Club de Cuervos para Netflix, una historia futbolera que se estrenó hace cinco años y que llegó a cuatro temporadas.

Club de Cuervos tiene sus virtudes y también sus asegunes. Cuenta la leyenda que esta serie originalmente estaba basada en la historia reciente del club Guadalajara, en esas Chivas de Jorge Vergara, pero conforme la trama fue creciendo, de igual manera se fueron identificando otros equipos y directivos del futbol mexicano: lo mismo el Pachuca, que Cruz Azul, el Veracruz y hasta el León de Carlos Ahumada.

Y es que Club de Cuervos es una radiografía, que incluso se queda corta, de los chanchullos, los negocios en lo oscurito, las trampas y el lodazal de los directivos del futbol mexicano.

Los Cuervos de Nuevo Toledo es el club protagonista y cuando muere su dueño, don Salvador Iglesias, empieza la pugna entre sus herederos para hacerse del control del equipo. Y todo es una espiral de enredos, traiciones y también lugares comunes, que son hartos.

Destaca la actuación de Mariana Treviño como Isabel Iglesias, quien es la más idónea para llevar la batuta en la cúpula de los Cuervos. Pero su hermano, Chava Iglesias, que es un junior sin oficio ni beneficio, le peleará la dirección con resultados desastrosos.

Chava Iglesias, encarnado por el polifacético Luis Gerardo Méndez, es un cretino que gasta dinero en pendejadas y se inspira en Walter Bazaar (una especie de Paulo Coelho) para triunfar, pero sólo le da en la torre al club.

Por supuesto hay otros personajes que se ganan la simpatía de los espectadores, como Hugo Sánchez, quien es el asistente de Chava; o Potro, una de las estrellas del equipo. Como también hay otros que son odiosos, entre ellos el representante Eliseo Canales (un hamponazo como los que sobran en el futbol mexicano) o el futbolista extranjero Aitor Cardoné (hagan de cuenta un Carlos Vela, pero español o argentino).

Esta es una comedia, en tono fársico, que en su primera temporada consiguió notoriedad y prometía arraigarse, pero conforme fue avanzando la trama el interés se fue diluyendo. No es un tema fácil el futbol, está comprobado que a pesar de que es un deporte muy taquillero cuando se lleva a las pantallas los resultados no son muy espectaculares. Baste mencionar cintas como Goal!, con un Kuno Becker que no sabía ni pegarle a la pelota y que jugaba en el Real Madrid, o incluso Escape a la victoria (con Pelé, pero también con el tronco de Sylvester Stallone).

A grandes rasgos, Club de Cuervos se mantiene en ritmo durante las dos primeras temporadas, pero va perdiendo condición a partir de la tercera. Y todo termina en un insípido empate, como un clásico 0-0 entre Chivas y América.

Cabe señalar que esta serie está considerada por los usuarios del sitio IMDB como la segunda mejor producción mexicana de este tipo, sólo por detrás de Narcos, aunque por encima de Luis Miguel: La serie, La casa de las flores y El Chapo.