Narcoseries… De Colombia para el mundo

Aunque hoy en día hay una saturación de series y telenovelas que abordan el tema del narcotráfico y sus líderes, justo es decir que este fenómeno comenzó hace 12 años, con el lanzamiento de «El Cartel de los Sapos»

Por ROBERTO CASTAÑEDA

Antes de todo fue El Cartel de los Sapos o El Cartel. De Colombia para el mundo. Esta serie fue tan exitosa en Colombia, producida por Caracol Televisión, que en otros países la transmitieron por medio de Telemundo.

El Cartel originó todo. Pese a los regionalismos y el problema del lenguaje, a partir del 2008 se desencadenó el furor por esta pandilla de malandros y se empezaron a popularizar términos como “berraco”, “carechimba”, “bacano”, “güevonada” y de pronto todos teníamos un “parcero” que era un “gomelo”.

Manolo Cardona era el protagonista y encarnaba al Fresita, un personaje basado en el real Florecita y que no era otro que el exnarcotraficante colombiano Andrés López López. De hecho, la serie está basada en el libro del mismo nombre, que López escribió cuando estuvo en prisión. Incluso él era un sapo o delator que negoció con la justicia gringa para acortar su sentencia. Su libro fue un best seller, luego serie de televisión y finalmente película (estos dos últimos proyectos con guiones de él y hechas bajo su supervisión).

Más allá de la historia, con personajes detestables y criminales de caricatura, como El Cabo o Anestesia y Pepe Cadena, Guadaña y Pirulito, esta serie fue el detonante para que todas la televisoras reencauzaran sus proyectos. Y gran parte de esa “visión” fue la empatía que logró el Fresita o Martín González, un protagonista que era malo pero no tanto; era narco, pero de buen corazón. Un criminal que se redime y se convierte en antihéroe…, pero además guapo, porque el actor que lo encarnaba era Manolo Cardona, galán de telenovelas.

Era una historia de narcos, pero la trama mezclaba los ingredientes que eran necesarios: romance, drama, intriga, traiciones, más romance, violencia, acción, dolor, más romance y finalmente la redención.

Por supuesto que el efecto de Los Soprano (1999-2007) tuvo mucho que ver para que se aprobara el proyecto de El Cartel de los Sapos, pues aunque las diferencias son abismales quedó muy claro que las series de mafiosos generaban simpatía y dinero.

Y ganancias a manos llenas generó El cartel de los Sapos, el origen de todo en Latinoamérica. Fue la madre de todas las series de narcos. Hubo dos temporadas, la del 2008 y la del 2010, pero destapó el drenaje profundo y salieron a la luz infinidad de producciones como El Capo (2009), Las muñecas de la mafia (2009) o La reina del sur (2011) y Pablo Escobar: El patrón del mal (2012), pasando por El señor de los cielos (2013) y Narcos (ediciones Colombia y México).

Luego la lista se vuelve más densa, con títulos como Señora Acero, El Chema, Rosario Tijeras, La Piloto, además de El Chapo y también Las Buchonas.

Algunas de buena manufactura e interesantes historias, pero todavía muy lejos de Breaking Bad. La mayoría son muy prescindibles, llenas de clichés y estereotipos, con fallas de continuidad y hasta escenas de humor involuntario. Sobredosis de narcoseries, sin duda. Y todo comenzó hace 12 años. De Colombia para el mundo.