I Love Lucy: la primera gran serie en la historia

Se transmitió de 1951 a 1957, constó de 180 capítulos y fue protagonizada por Lucille Ball y su esposo Desi Arnaz; de acuerdo con la revista People, “es el mejor programa de comedia de todos los tiempos”, mientras que para otros críticos y especialistas se trata de la serie más influyente que ha habido

Por ROGELIO SEGOVIANO

A finales de la década de los 40 se hicieron los primeros intentos por adaptar las más exitosas radionovelas de la época para transformarlas en seriales y llevarlas a ese nuevo invento tecnológico llamado televisión, el cual comenzaba a inundar los hogares de la clase media norteamericana.

Sin embargo, no fue sino hasta 1951 cuando surgió la que es considerada como la primera gran serie de televisión en la historia: I Love Lucy. Durante casi una década, la serie protagonizada por Lucille Ball y su esposo Desi Arnaz reinó en el prime time (horario estelar), y ese nuevo aparato que ocupaba ya un lugar preponderante en la sala de la casa ayudaría a modificar hábitos y costumbres de la gente.

I Love Lucy, una singular comedia de enredos, presentaba la vida de un singular matrimonio entre Lucy Ricardo, una típica neoyorquina, y Ricky Ricardo, un cantante e inmigrante cubano, donde las diferencias culturales eran el eje de la historia.

La serie se transmitió originalmente en CBS desde octubre de 1951 hasta mayo de 1957, con un total de 180 episodios de media hora que abarcan seis temporadas, además de varios especiales navideños..

I Love Lucy se convirtió en el programa más visto en Estados Unidos en cuatro de sus seis temporadas, y fue el primero en terminar su ciclo en la cima de las mediciones de audiencia de la compañía Nielsen (un logro que luego solo fue igualado por The Andy Griffith Show, en 1968, y Seinfeld, en 1998).

Si bien gran parte de la crítica especializada considera a esta serie como una de las comedias de situación más importantes e influyentes en la historia de la TV, en una gran encuesta realizada en la Unión Americana por la cadena a ABC y la revista People, en 2012, se eligió a I Love Lucy como “el mejor programa de comedia de televisión de todos los tiempos”.

En 2013, 60 años después del estreno del programa, la cadena CBS restauró, coloreó y retransmitió uno de los especiales navideños de I Love Lucy, logrando niveles de audiencia récord para programas clásicos de televisión, con más de 8 millones de televidentes. A partir de entonces se restauran y colorean cada año entre 15 y 20 episodios. De hecho, el año pasado se lanzó en Bluray y DVD una colección con más de 50 capítulos coloreados, y muchos canales de televisión de cable continúan hoy día retransmitiendo la serie.

Al estar grabada en celuloide y a tres cámaras, gran parte del material original se conserva en excelente estado, de ahí que hasta se hayan realizado algunos intentos de armar un par de películas de largometraje. Además, la serie ha inspirado libros, tiras cómicas, obras de teatro y hasta espectáculos itinerantes donde se recrean algunos de los episodios más memorables.

Pocos saben que el director de fotografía de casi la totalidad de los capítulos de I Love Lucy es el cineasta alemán Karl Freund, quien años antes de incursionar en la televisión trabajó a las órdenes de los cineastas Fritz Lang y Todd Browning, en los filmes clásicos Metrópolis y Drácula, respectivamente.

A las aventuras domésticas de Lucy siguieron otras dos series que, con todo el sabor del viejo Oeste, lograron conquistar a los televidentes y, en poco tiempo, se convirtieron en clásicos de la pantalla chica: Bonanza y El Gran Chaparral. Ya no había marcha atrás, el camino a seguir para las series estaba marcado.

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